Nuevo proyecto de paisajismo que consistió en el diseño de una terraza de 115 metros cuadrados para una vivienda en la urbanización de Fuente del Fresno (Madrid).
El suelo anterior era un baldosín catalán sobre el que se aplicó microcemento color perla, para separar las diferentes zonas de la terraza se proyectaron alfombras con madera de IPE que marcan el recorrido natural y crean el eje geométrico de la terraza. En la zona izquierda se dispuso la zona de comedor y en el lado opuesto, la zona de sentada.
Dado el carácter geométrico de todo el diseño, se optó por la simetría para decorar la puerta de entrada con dos macetas de barro para dos ejemplares pequeños de Olea europaea, que actuan como reclamo visual desde el desembarco de la escalera.
Para modernizar la fachada exterior se sustituyó la barandilla de hierro de la escalera por una de cristal, en el desembarco este cristal crea un mirador desde el que disfrutar de las impresionantes vistas del resto del jardin.
En la zona de comedor se proyectó una jardinera rectangular de madera de IPE en la que se plantó bambú, planta de crecimiento vertical que además de su caracter ornamental, sirve para dar intimidad.
Para iluminar esta zona se colocaron dos lámparas, diseñadas por nuestro estudio, en hierro natural, a juego con la estructura del mobiliario.
Dicho mobiliario está compuesto por una mesa y dos bancos con sobre de roble envejecido hecho a medida y dos sillas de polipropileno en color gris oscuro para la cabecera.
El resultado es una terraza para relajarse, en familia o en solitario, pero siempre disfrutando de las magníficas vistas o convirtiéndolo en un maravilloso espacio para el relax.
El condicionante que nos pusieron los dueños de este jardín de La Finca de Pozuelo, era la no utilización de plantas, condición no habitual en el diseño de jardines, pero que a nosotros nos permitió dar rienda suelta a la imaginación y a los clientes olvidarse del mantenimiento del mismo.
Debido a ello, surgió la idea del falso bosque de bambús situados a ambos lados del jardín, enmarcando la zona central. Fabricados con tubo de hierro, se introdujeron en contenedores de acero corten rellenos de lascas de pizarra, que además del efecto estético, ocultan la instalación para las luminarias.
Se empleó un foco empotrado por cada agrupación de bambú, dichos focos crean al ocaso un juego de luces y sombras creando un ambiente mágico.
El eje imaginario desde la salida de la vivienda a la piscina está marcado por un paso a modo de alfombra sobre el césped que conduce a la piscina a través de baldosas de pizarra de hasta 3 metros de largo que dota al jardín de majestuosidad y elegancia. Se jugó con diferentes anchos y largos de baldosa para dar movimiento a la composición. Sobre ellas se aplicó un producto hidrófugo que las dota permanentemente de un efecto mojado.
Finalmente, al fondo del jardín y cayendo sobre la piscina, una lámina de agua formada por un cubo gris de chapa de hierro y un difusor en forma cilíndrica, crea un sonido mágico y relajante. Sobre el cubo se plantaron jazmines, única plantas del jardín. Planta de porte arbustivo y trepador que aporta intimidad y cuyas flores exhalan un aroma intenso muy agradable.