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Serenidad y equilibrio son las dos palabras que mejor definen este proyecto de vivienda en Torrelodones. Los espacios en los que hemos intervenido son hall, salón, comedor y cocina.

Buscamos un juego perfecto entre modernidad y clasicismo dando como resultado unos espacios sencillos y elegantes en los que se respira serenidad gracias a los tonos suaves y nobles materiales.

Puesto que la distribución encontrada nos lo permitía hemos recurrido a soluciones funcionales que permitan a los propietarios cambiar los espacios a su antojo o dependiendo de sus necesidades.

Al entrar en la vivienda nos encontramos con un espejo envejecido gigante que en realidad alberga un armario de cortesía, a ambos lados de este armario hay dos puertas simétricas en hierro y cristal que dan acceso al salón y al comedor.

Cuando entramos al salón tenemos dos zonas diferenciadas, a la derecha el comedor rodeado por una librería de madera de roble y por una alacena de hierro y cristal, y a la izquierda el salón con la zona de sofás y televisión. El mueble de la televisión, de madera lacada en visón, vuelve por el techo para poder empotrar luces. Para la sentada se hicieron a medida un sofá de 3 plazas, una chaise longue y dos butacas.

Al fondo del salón y como continuación a la alacena del comedor se han proyectado dos puertas, una abatible para dar servicio al comedor y otra corredera que permite integrar o independizar la cocina. Era un requisito de los propietarios el poder tener la cocina abierta ampliando la zona de sentada para reuniones familiares o con amigos y poder cerrarla en otros momentos. Por ello, lo primero que nos encontramos al abrir esta puerta corredera es la gran isla que permite sentarse hasta 8 comensales.

Los muebles de la cocina son blancos lacados y la encimera e isla en Dekton.



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Cuando los propietarios visitaron este apartamento en el centro de Madrid por primera vez, acababa de quedar vacío tras llevar 50 años viviendo la misma persona. Pero no dudaron en comprarlo, le vieron grandes posibilidades, no dejándose engañar por la distribución tan compartimentada y el estado ruinoso en el que se encontraba.

Por eso confiaron en nuestro estudio, para darle la alegría y la elegancia que había perdido a lo largo de los años.

Nuestra labor principal fue recuperar todos los elementos arquitectónicos característicos de la época, por ello, se dejó visto el ladrillo en algunas zonas, el salón y el baño, en esta último, también se dejó vista la estructura de madera.

El suelo que nos encontramos en la vivienda estaba destrozado, así que se utilizó una baldosa hidráulica moderna para revestir los suelos de la cocina y el baño.

Puesto que el apartamento no es muy grande, tan solo mide 30 m2, se ha proyectado un espacio central que aúna el salón, comedor y cocina, al no haber nada que impida la visión general de estos espacios, el apartamento parece más grande. Solo se independizaron el dormitorio y el baño.

Todo el apartamento se pintó de un blanco roto, a excepción de la pared del cabecero del dormitorio, en el que se utilizó un papel en tono azul turquesa.

Todas las lámparas del apartamento son diseño de Arqbellytura, solo hay una que no lo es, la del baño, que se recuperó de la vivienda y se le dió un aspecto más moderno cambiando el cableado.