







Serenidad y equilibrio son las dos palabras que mejor definen este proyecto de vivienda en Torrelodones. Los espacios en los que hemos intervenido son hall, salón, comedor y cocina.
Buscamos un juego perfecto entre modernidad y clasicismo dando como resultado unos espacios sencillos y elegantes en los que se respira serenidad gracias a los tonos suaves y nobles materiales.
Puesto que la distribución encontrada nos lo permitía hemos recurrido a soluciones funcionales que permitan a los propietarios cambiar los espacios a su antojo o dependiendo de sus necesidades.
Al entrar en la vivienda nos encontramos con un espejo envejecido gigante que en realidad alberga un armario de cortesía, a ambos lados de este armario hay dos puertas simétricas en hierro y cristal que dan acceso al salón y al comedor.
Cuando entramos al salón tenemos dos zonas diferenciadas, a la derecha el comedor rodeado por una librería de madera de roble y por una alacena de hierro y cristal, y a la izquierda el salón con la zona de sofás y televisión. El mueble de la televisión, de madera lacada en visón, vuelve por el techo para poder empotrar luces. Para la sentada se hicieron a medida un sofá de 3 plazas, una chaise longue y dos butacas.
Al fondo del salón y como continuación a la alacena del comedor se han proyectado dos puertas, una abatible para dar servicio al comedor y otra corredera que permite integrar o independizar la cocina. Era un requisito de los propietarios el poder tener la cocina abierta ampliando la zona de sentada para reuniones familiares o con amigos y poder cerrarla en otros momentos. Por ello, lo primero que nos encontramos al abrir esta puerta corredera es la gran isla que permite sentarse hasta 8 comensales.
Los muebles de la cocina son blancos lacados y la encimera e isla en Dekton.